Otoño es una invitación. Una pausa entre estaciones. Una excusa perfecta para regalarte eso que tanto pospones: una escapada. Y si el calendario se llena de puentes y festivos… ¿Por qué no aprovecharlos con una visita a Sevilla?
Viajes en pareja, en familia, con amigas o con tu mascota (sí, Plácido y Grata es pet friendly, y nos encantan los huéspedes de cuatro patas): el plan perfecto empieza aquí. Sevilla en 48 horas da para mucho, sobre todo cuando eliges bien tu punto de partida.
Empieza tu escapada dejándote envolver por la calma de Plácido y Grata. Nuestro hotel es mucho más que un lugar para dormir. Tras hacer el check-in, te recomendamos recargar energías con un café de especialidad en nuestra cafetería.
Después de un primer paseo por la ciudad, quizás te apetezca un picoteo andaluz con productos de cercanía. Pregunta a nuestro equipo por sus recomendaciones locales. También puedes lanzarte a una ruta por bodegas de las de toda la vida, donde probar algún montadito y una cañita bien tirada.
Por la tarde, deja que la ciudad te guíe. Piérdete por el barrio de Santa Cruz, déjate llevar por el trazado morisco de sus calles estrechas, cruza la plaza de Doña Elvira y respira historia junto a los muros de la Catedral y la Giralda. Al caer el sol, sube a las Setas de Sevilla (Metropol Parasol) para disfrutar de una panorámica inolvidable teñida de tonos anaranjados.
De vuelta en el hotel, el patio te espera con los brazos abiertos y una selección de cócteles para poner el broche final a un día redondo. Y para terminar, tu habitación te recibe: un espacio tranquilo, con luz tenue, materiales nobles y esa paz que solo se encuentra en casa, cuando todo está en su sitio.
Despierta sin prisas y disfruta de nuestro desayuno, preparado cada mañana con pan artesano, fruta fresca y café de especialidad. Es el tipo de desayuno que te hace sonreír antes de salir a la calle.
Después, es el momento perfecto para descubrir la otra Sevilla: la del río, la de los jardines, la de los pequeños hallazgos. Pasea por el Parque de María Luisa, visita el Real Alcázar o cruza a Triana para sentir el pulso más auténtico del barrio flamenco. Si lo prefieres, pídenos una bicicleta en el hotel y déjate llevar hasta la Torre del Oro o el Monasterio de la Cartuja, donde se encuentra el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
A mediodía, vuelve a Plácido y Grata. Puedes comer algo ligero en Plácido y Grata Nido, relajarte con un libro en nuestra sala común o simplemente no hacer nada durante un rato. Porque también para eso están los puentes: para bajar el ritmo.
Y si alargas tu estancia hasta el tercer día, Sevilla aún tiene mucho más que ofrecer: museos, tiendas independientes, patios ocultos, tapeo en la Alameda o un paseo al atardecer por el Paseo Colón.
El otoño en Sevilla es una estación que se saborea. Y en Plácido y Grata, queremos que lo hagas a tu ritmo, con quienes tú elijas. Nosotros ponemos el espacio y la hospitalidad; tú solo tienes que venir con ganas de desconectar. ¿Te apuntas?
Obtendrás una bebida de bienvenida y un 10% de descuento para tu próxima estancia